“Que robe pero que haga algo”

En un país en donde agradecemos a nuestros políticos por hacer su labor y no está mal hacerlo, es cortesía y una gran manera de sembrar bonanza; el problema radica básicamente en el ¿por qué lo hacemos?

De forma natural agradecemos cuando nos damos por bien servidos, pero claramente en la política ocurre algo diferente y es que nos acostumbramos a agradecer por lo que NO se hizo y me refiero es a que muchos agradecen al político por no robar con frases como: “que robe pero que haga algo” y puede ser que el político esté haciendo las cosas bien, con honestidad, pero en nuestra cultura consuetudinaria es muy normal entender la política como sinónimo de viveza, deshonestidad, falsedad y mentiras; pero no se puede juzgar a nuestra sociedad en un país de antecedentes bárbaros y abismales, en un país en donde querer sin el Poder es imposible creer y mucho menos hacer.

Hay que tener muy en claro que no se puede hacer mucho en un lugar en donde se profesa que “lo malo de la rosca es no estar en ella” y donde aún peor se toma tan a pecho que se vuelve el carma de todos los días.

Este texto es ahora para invitarle a que se pregunte ¿por qué le agradezco a un político? Y si su respuesta está entre: (porque al menos hizo algo) y/o (porque al menos no robo tanto como el otro) ¡asustese!

Hagamos historia y empecemos a crear una nueva ola llena de cultura para profesar honestidad como sinónimo de política.

¡Le puedo asegurar que no todo lo que brilla es oro, ni todos los árboles nacen con el tronco torcido!